En la época en que México era nombrado como La Nueva España, imperaba un sistema de jerarquía social determinada por el origen racial de un individuo: un sistema de castas en el que se pretendía categorizar a las personas en una condición socioeconómica inflexible vinculada a la identidad dada desde el nacimiento. Fueron estas condiciones sociales las que produjeron el surgimiento de un género pictórico novohispano en el siglo XVIII llamado pintura de castas, que pretendía representar visualmente las características distintivas de cada una de las clases sociales determinada por la mezcla de razas. En el proyecto Castas, Emilio Rangel rescata este antiguo género pictórico para crear una versión tridimensional pop de estas pinturas coloniales, representando las mismas escenificaciones, actitudes y vestimentas típicas, intercambiando las razas o subespecies humanas originales por personajes animales que al mezclarse generan nuevas subespecies.
Viviana Martínez